1. El ocultamiento y traslado de la sagrada imagen en 1864
1.1. La bárbara entrada al santuario del general pueblita en 1859
El 17 de febrero de 1859 tuvo lugar la entrada del general Manuel García Pueblita a San Juan de los Lagos. Ese mismo día salieron por el camino de Lagos los señores farmacéuticos Don Cosme Montero, Don Teodosio Padilla, Don Antonio Álvarez y Don Juan Coronel, y a poco de andar se encontraron con García Pueblita que caminaba al frente de su tropa. Los expresados señores le suplicaron a nombre del vecindario, que entrara de paz en la población, y él ofreció que así lo haría, a condición de que se le dieran víveres para su tropa. Se hizo a poco rato una colecta de víveres y de dinero que fue entregada al jefe del ejército, cuando ya estaba en su alojamiento dentro de la ciudad.
Al entrar los soldados al Santuario después de apoderarse de algunos objetos de valor que allí había, destruyeron con sus bayonetas varias imágenes de santos triturándolas a pedazos. Este hecho llenó de indignación al vecindario que se sintió lastimado en sus creencias religiosas. Por fortuna para los habitantes de la población, muy pronto, aquella gente indisciplinada emprendió la marcha.
A consecuencia de esta profanación que sufrieron varias imágenes de santos del Santuario, los Señores Capellanes resolvieron ocultar la Imagen de Nuestra Señora de San Juan, como lo hicieron efectivamente, dejando en el altar la que llamaron La Peregrina, mientras la Imagen Original estuvo ocultada por término de varios años, sin que nadie del pueblo lo supiera.
Luego de la llamada “Guerra de los Tres Años” (1858-1861), entre liberales y conservadores, vino la suspensión de pagos a Francia, España y Reino
Unido por parte del gobierno liberal de Benito Juárez. Esto hizo que las tres potencias europeas se reunieran en Londres (convenio de Londres de 1861) y acordaran hacer efectivo el pago de las deudas. Para presionar a las autoridades mexicanas, dichas potencias desembarcaron con tropas en el Puerto de Veracruz en 1862, entrando en negociaciones con el gobierno de Juárez. Las negociaciones diplomáticas se llevaron a cabo en el Pueblo de la Soledad. Como resultado de estas, el Ministro mexicano de relaciones exteriores D. Manuel Doblado, logró persuadir a los gobiernos de España y Gran Bretaña de que la suspensión de las deudas fuera algo transitorio, lo que trajo como consecuencia que las tropas inglesas y españolas se retiraran del territorio mexicano.
Sin embargo, las tropas francesas se negaron a irse debido a que Napoleón III tenía intenciones de instaurar una monarquía en México, con el fin de apoyar a los confederados en la guerra civil estadounidense (Guerra de Secesión) y así disminuir drásticamente el poder de los Estados Unidos en la región. Por tal razón, los franceses avanzaron desde la costa hasta el centro del país, hasta llegar a la ciudad de México el 10 de junio de 1863. A partir de entonces y hasta la llegada de Maximiliano a la capital, el Gobierno estuvo encabezado por una regencia integrada por los generales Juan Nepomuceno Almonte (hijo natural del Sacerdote José María Morelos y Pavón), Mariano Salas y el Arzobispo Pelagio Antonio de Labastida. El Emperador Maximiliano y su esposa Carlota llegaron al Puerto de Veracruz en la fragata Novara el 28 de mayo de 1864.
Esto nos hace pensar que en los años anteriores a1869 (centenario del Traslado)fueranturbulentos, sin paz para transitar libremente, y con posibles “balas perdidas” mortales o atracos que podían ser de los dos bandos. Eran, pues, pocos los peregrinos que se atrevían a venir de muy lejos. Mayor peligro había, cuando San Juan se reconocía “conservadora,” por tanto, más en la mira de los liberales que se creían tener el poder por contar con un presidente constitucional: Juárez.
1.2. Regreso de la virgen a su santuario
El 22 de marzo de 1864 el Sr. Arzobispo D. Pedro Espinosa hacía su entrada triunfal en la Ciudad de Guadalajara, donde fue recibido con magna celebración por haber vuelto después de su “largo y penoso destierro a donde lo lanzara el huracán demagógico”54. Así como el Sr. Arzobispo fue desterrado, la Imagen de Nuestra Señora de San Juan también tuvo que ser ocultada para evitar que sufriera daños a manos de los indolentes liberales.
Para celebrar el retorno a su trono, se celebró un novenario en su honor durante el mes de mayo de 1864, culminando el día 8. Sobre este acontecimiento mostramos enseguida los “Documentos de los gastos hechos en la salida de la Santísima Virgen de Nuestra Señora del Santuario de San Juan en mayo de 1864.”
Tomado de:
López-Padilla, J. E., & Gutiérrez-Gutiérrez, J. (2020). Nuestra Señora de San Juan. 250 años de su histórico traslado. Guadalajara, Jalisco: Acento Editores.
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